Ausencia en el debate, educación para el desarrollo

El actual momento que vive Chile acerca de la educación, ha focalizado la atención de los actores y de la opinión pública en las manifestaciones, derecho consagrado en la carta fundamental, en los actos delincuenciales que, protagonizan elementos que se aprovechan de la masividad de los actos y, por último, en el ir y venir de las posturas y opiniones del gobierno con la oposición, amén del regreso de los históricos cacerolazos.

Gremios como el nuestro, Cormetal A.G., no sólo observamos el desarrollo de estos acontecimientos, sino que también nos afecta y nos obliga a opinar. Desde el reciente lanzamiento de esta plataforma digital, hemos expresado en reiteradas columnas la necesidad de abordar el futuro de Chile con una mirada de largo plazo, una visión de estadistas. Y es, en este contexto, que hemos expresado nuestro ferviente compromiso, que surge desde nuestro sector de las pequeñas empresas industriales,  de llevar adelante una iniciativa tan urgente como necesaria, que hemos denominado el Plan Nacional de Desarrollo Industrial (PLANADI).

Sin duda alguna que elevadas tasas de "desarrollo" requieren altas tasas de "crecimiento". El crecimiento da cuenta del incremento del producto, el desarrollo de cómo se construye una sociedad pujante y más feliz. Entre muchos factores fundamentales para sacar adelante un PLANADI, sin lugar a dudas que está el pilar de la EDUCACIÓN.

Pero no cualquier EDUCACIÓN, sino una que promueva la movilidad, genere satisfacción y avances en las vidas de quienes la cultiven y acometan y, por otra parte, una educación puesta al servicio de la "Nación".

Observamos que en el debate contingente están ausentes los ángulos que relacionen analíticamente oferta educativa con empleabilidad (equilibrio entre oferta y demanda por trabajo segmentado por especialidades), cartera de carreras con futuras necesidades de capital humano para el crecimiento y el desarrollo (sin vacilaciones podemos afirmar que algunas desaparecerán y otros emergerán), prospectiva para el próximo medio siglo (¿Qué país deseamos ser?, ¿En qué disciplinas y sectores de la actividad humana queremos ser campeones?) y, por último, proponer las bases para establecer un derrotero-país, un ideario nacional que, con entusiasmo y energía, nos mueva a todos a aportar un grano de arena a esta cruzada por Chile.

Trabajaremos por abrirnos espacios, para opinar y contribuir a este magno reto que el país, y cada uno de sus habitantes, se merece.


Bogaremos por ser uno más de la gran partida: un Chile pujante, valiente y comprometido, en que cada uno desde su lugar sea un constructor más de este sueño.

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